domingo, 27 de marzo de 2011

El RIESGO PAIS Y SUS SISTEMAS DE CALIFICACIÓN


EL RIESGO PAÍS Y SUS SISTEMAS DE CALIFICACIÓN


Lunes, 10 Enero, 2011 -
La consultora británica CMA ha situado a España en la lista de los 10 países del mundo que presentan mayor riesgo de impago de la deuda soberana. el top 10 lo componen Grecia, Venezuela, Irlanda, Portugal, Argentina, Ucrania, España, Dubai, Hungría e Irak.
Es la primera vez que España entra en esta lista y lo hace debido a haber registrado la segunda peor evolución financiera en el último trimestre de 2010, según la consultora. el motivo que se apunta en el informe es la deuda generada por la burbuja inmobiliaria, que ha aumentado en un 50% el coste de protección frente al pago de deuda.
La diferencia entre la prima de riesgo de los bonos españoles a diez años en relación con los alemanes se sitúa en 269,6 puntos básicos, su nivel más alto desde mediados de diciembre, reflejo del peligro que ven los inversores a un posible impago por parte del país emisor..”

artículo visto en el mundo.es


1.-Introducción

Cada país, de acuerdo con sus condiciones económicas, sociales, políticas o incluso naturales y geográficas, genera un nivel de riesgo específico para las inversiones que se realizan en él. Este riesgo es específico de ese grupo de condiciones y se lo conoce como Riesgo País, el cual es evaluado de acuerdo con el conocimiento que cada inversionista tenga de dichas condiciones.
Como RIESGO PAÍS se entiende como la probabilidad de que un país, emisor de deuda, sea incapaz de responder a sus compromisos de pago de deuda, en capital e intereses, en los términos acordados. Está relacionado con la eventualidad de que un estado soberano se vea imposibilitado o incapacitado de cumplir con sus obligaciones con algún agente extranjero, por razones fuera de los riesgos usuales que surgen de cualquier relación crediticia
Cualquier evaluación de riesgo expresará el nivel de probabilidad de sufrir una pérdida, ante lo cual existirá una mayor o menor necesidad de reducir o evitar las consecuencias de dicha pérdida.
Cuando el riesgo se refiere a un país, y quien lo mide es una entidad que busca colocar su dinero allí, ya sea como inversión financiera (préstamos) o productiva, dicha entidad buscará reconocer, a través de la rentabilidad, el nivel de riesgo en ese país. Si la rentabilidad que espera obtener al invertir no supera a la recompensa por asumir el riesgo de no poder recuperar su inversión, entonces la entidad buscará otra alternativa para invertir.

 

 2.- LOS FACTORES QUE INFLUYEN SOBRE EL RIESGO PAÍS

El análisis de la capacidad de pago de un país está basado en los factores económicos y políticos que afectan la probabilidad de repago.
El principal indicador de riesgo país es la diferencia de tasa que pagan los bonos denominados en dólares, emitidos por países subdesarrollados, y los Treasury Bills de Estados Unidos, que se consideran “libres” de riesgo. Este diferencial (también denominado spread o swap) representa la probabilidad de que el gobierno emisor de la deuda no cumpla con el pago de sus obligaciones, ya sea por pago tardío o por negación a pagar su deuda. Los bonos con más riesgo pagan un interés más alto, por lo tanto el spread de estos bonos respecto a los bonos del Tesoro de Estados Unidos es mayor.
Las agencias calificadoras utilizan ciertos factores políticos, sociales y económicos para determinar el nivel de crédito de un país. Entre otros se pueden listar los siguientes:
1.- Estabilidad política de las instituciones, que se refleja en cambios abruptos o no planificados en instituciones públicas o en puestos políticos.
2.- La existencia de un aparato burocrático excesivamente grande disminuye los incentivos a invertir en el país. Para atraer capitales, se ofrece un pago mayor de interés y por ende se genera un incremento en la prima de riesgo.
3.-Altos niveles de corrupción, que generalmente se asocian a una burocracia grande. Esto genera incertidumbre por la necesidad de realizar trámites inesperados e incurrir en mayores costos a los previstos.
4.-La actitud de los  ciudadanos y de movimientos políticos y sociales pueden ser un factor de riesgo para el país.
5.-Los patrones de crecimiento económico. La volatilidad en el crecimiento de un país afecta su nivel de riesgo.
6.-La  inflación es una parte del riesgo monetario y es uno de los principales factores considerados por los inversionistas en un mercado emergente.
7.-Política de tipo de cambio. La fortaleza o debilidad de la moneda del país muestra un alto nivel de estabilidad o inestabilidad de la nación emisora de Deuda.
8.- El ingreso per capita.
9.- Los niveles de Deuda Pública externa e interna.
10.-Grado de autonomía del Banco Central.
11.-La restricción presupuestaria. Un gran déficit gubernamental con respecto al PIB, genera la necesidad de mayor emisión de Deuda, lo que trae aparejado una mayor tasa de interés.
12.-Alto nivel de expansión monetaria, refleja la incapacidad del gobierno para hacer frente a sus obligaciones de forma genuina.
13.-Niveles altos de gasto gubernamental improductivo. Pueden implicar mayor emisión monetaria o un incremento en el déficit fiscal.
14.-Control sobre precios, techos en tasas de interés, restricciones de intercambio y otro tipo de barreras al comportamiento económico natural.
15.- Cantidad de reservas internacionales como porcentaje del déficit en cuenta corriente, refleja la proporción de divisas disponibles para hacer frente al pago de la Deuda.

3.- LOS ÍNDICES DE RIESGO PAÍS

Cuando se hace habla del “índice de riesgo país”, se hace referencia principalmente a los índices que elabora el banco de inversiones JP Morgan. Dentro de estos se encuentra el EMBI, el EMBI+ y el EMNI Global  entre otros.

EL EMBI (Emerging Markets Bond Index)

Es un indicador económico que prepara diariamente el banco de inversión JP Morgan desde 1994. Este estadístico mide el diferencial de los retornos financieros de la Deuda Pública del país emergente seleccionado respecto del que ofrece la Deuda Pública norteamericana, que se considera que tiene “libre” de riesgo de incobrabilidad.

En su cálculo se tienen en cuenta los Bonos Bradys denominados en dólares y otros bonos soberanos reestructurados similares. Los bonos que se incluyen en el cálculo del EMBI son denominados en dólares y estrictamente líquidos, es decir son comprados y vendidos en el mismo día.

EL EMBI PLUS O EMBI +

El EMBI+, introducido en el año 1995 con datos desde el 31 de diciembre de 1993, fue creado para cubrir la necesidad de los inversores de contar con un índice de referencia más amplio que el provisto por el EMBI al incluir a los bonos globales y otra deuda voluntaria nueva emitida durante los años 90. Para poder incluir otros mercados en el más amplio EMBI+, fue necesario relajar los estrictos criterios de liquidez contenidos en el EMBI.
Este índice compuesto de 109 instrumentos financieros de 19 países diferentes, es una variación del EMBI, el cual contiene únicamente Bonos Brady. Esta extensión hacia otro tipo de instrumentos de inversión disponible en estos mercados, hace del EMBI+ un indicador que se ajusta mejor a la variedad de oportunidades de inversión que ofrecen los mercados emergentes.
Para la construcción del índice, primero se definen los países y los instrumentos financieros que lo integrarán. Para la selección de países se utiliza un concepto de mercado emergente que agrupa en esta categoría países con habilidad para pagar la deuda externa, cuyas calificaciones crediticias se ubiquen hasta la categoría BBB+/Baa12.
El EMBI+ incluye distintos tipos de activos: Bonos Brady, préstamos y Eurobonos. Los países que actualmente integran el índice son: Argentina, Brasil, Bulgaria, Colombia, Ecuador, Egipto, Malasia, México, Marruecos, Nigeria, Panamá, Perú, Filipinas, Polonia, Rusia, Sudáfrica, Turquía, Ucrania y Venezuela.

El EMBI Global


El EMBI Global, se calcula desde julio de 1999, amplió la composición respecto del EMBI+, usando un proceso de selección de países diferente y admitiendo instrumentos menos líquidos.
En vez de seleccionar países de acuerdo a un cierto nivel de calificación crediticia soberano, como se hace con el EMBI+, el EMBI Global define mercados de países emergentes con una combinación de ingreso per capita definido por el Banco mundial y la historia de reestructuración de deuda de cada país. Este criterio de selección permite que el índice incluya países con calificaciones de deuda superiores a las exigidas para entrar al EMBI+, los cuales no eran considerados anteriormente como mercados emergentes.
Actualmente, el índice es una cesta compuesta por 170 instrumentos emitidos por 31 países emergentes. Los instrumentos incluyen Bonos Brady, Eurobonos, préstamos negociables, instrumentos denominados en moneda local emitidos por soberanos o entidades cuasi-soberanas. Los países que actualmente integran el índice son: Argentina, Brasil, Bulgaria, Chile, China, Colombia, Costa de Marfil, Croacia, República Dominicana, Ecuador, Egipto, El Salvador, Hungría, Líbano, Malasia, México, Marruecos, Nigeria, Pakistán, Panamá, Perú, Filipinas, Polonia, Rusia, Sudáfrica, Tailandia, Túnez, Turquía, Ucrania, Uruguay y Venezuela.


4.- OTRAS CALIFICACIONES DE RIESGO


Existen también otras calificaciones para medir el riesgo de las inversiones bursátiles. Estos indicadores son elaborados por las principales agencias calificadoras de riesgo: Moody´s, Standard & Poors (S&P) y Fitch IBCA.
Estas agencias elaboran una calificación que evalúa la capacidad de pago que los emisores de obligaciones tienen en un momento dado. Las calificaciones se ubican en una escala determinada según cada agencia, que indican el nivel de riesgo correspondiente a cada obligación emitida. Es de esperar que mientras mayor sea el riesgo inherente a una emisión, mayor será el retorno que dicha emisión ofrece. La tabla de calificaciones, se divide en dos grandes grupos, aquellos bonos que alcanzan el grado de inversión, con menor riesgo, y aquellos que por su mayor riesgo se denominan especulativos. (En la Tabla 1 se encuentra el ranking completo de las tres agencias calificadoras de riesgo mencionadas). 


5.- CÓMO SE CALCULA EL RIESGO PAÍS

El diferencial de los bonos soberanos, es una variable fundamental en los países emergentes, indica el mayor costo de financiamiento que éstos deben pagar por endeudarse, en relación al costo que pagan los países desarrollados.
Una forma convencional de medir el riesgo país, es comparar el precio de un bono cupón cero (2) de un emisor con riesgo, contra el precio de un bono libre de riesgo (con la condición que ambos tengan el mismo plazo y paguen el cupón en el mismo plazo). Lo que se supone aquí es que, la diferencia de precios (3) entre el bono libre de riesgo y el bono riesgoso, muestra el valor presente del costo de incumplimiento. Esto implica que el mayor rendimiento que tiene un bono con riesgo es la compensación por existir una probabilidad de incumplimiento. 

Un bono cupón cero es un bono emitido sin cupones y con el pago del capital en el vencimiento. Normalmente los bonos son emitidos con cupones y pueden presentar amortizaciones parciales del capital durante la vida del instrumento

Para calcular el precio de un bono cupón cero se utiliza la fórmula:
Bt = V [1 - dt * (T-t/360)]
Donde:
B = Precio del bono cupón cero el día t .
V = Valor nominal del bono cupón cero.
t d = Tasa de descuento anualizada del día t para el periodo T−t.
T = Día de vencimiento del periodo T−t.
t = Día de inicio del periodo T−t.
T−t = Número de días por vencer que le restan al bono.
Tabla 1

Moody's
S&P
Fitch IBCA
Significado
Grado de inversión

Aaa
AAA
AAA
Muy alta capacidad de pago de capital e intereses. Calificación máxima. Factores de riesgo inexistentes. 

Aa1
AA+
AA+
Alta capacidad de pago de capital e intereses. Riesgo moderado bajo.*

Aa2
AA
AA
Difiere muy poco de las obligaciones con calificaciones más altas. La capacidad del emisor para cumplir con sus compromisos financieros relacionados con la obligación es muy fuerte.

Aa3
AA-
AA-
*

A1
A+
A+
Buena capacidad de pago de capital e intereses. Riesgo moderado alto. *

A2
A
A
Es un poco más susceptible a condiciones económicas adversas y a cambios coyunturales que las obligaciones en categorías con calificaciones más altas. Sin embargo, la capacidad del emisor para cumplir con sus compromisos financieros relacionados con la obligación todavía es fuerte.

A3
A-
A-
*

Baa1
BBB+
BBB+
Suficiente capacidad de pago de capital e intereses .Calificación media superior. Riesgos altos susceptibles a debilitarse ante cambios en la economía, sector o emisor. *

Baa2
BBB
BBB
Una obligación calificada como BBB exhibe parámetros de protección adecuados. No obstante, condiciones económicas adversas o cambios coyunturales probablemente conducirán a una reducción de la capacidad del emisor para cumplir con sus compromisos financieros relacionados con la obligación.

Baa3
BBB-
BBB-
*
Por debajo de grado de inversión

Ba1
BB+
BB+
Variable capacidad de pago. Calificación media. Riesgo alto, la empresa puede retrasarse en el pago de intereses y capital. *

Ba2
BB
BB
Una obligación calificada BB es menos vulnerable al no pago que otras emisiones. Sin embargo, enfrenta mayores incertidumbres o exposición a condiciones adversas de negocios, financieras o económicas que pueden llevar al emisor a incumplir con sus obligaciones.**

Ba3
BB-
BB-
*

B1
B+
B+
Capacidad mínima de pago. Calificación media. Riesgo alto, la empresa quizás no puedan cancelar el pago de intereses y capital. *

B2
B
B
Una obligación calificada como B es más vulnerable al no pago que las calificadas BB, pero el emisor tiene actualmente la capacidad de cumplir con sus obligaciones. Condiciones adversas de negocios, financieras o económivas probablemente deteriorarán la capacidad o la voluntada de pago por parte del emisor. **

B3
B-
B-
*

Caa1
C+
C+
*

Caa2
C
C
La calificación C puede ser usada para identificar una situación donde se ha hecho una petición de bancarrota, pero los pagos de la obligación continuan haciéndose.**

Caa3
C-
C-
*
* Las calificaciones de la AA a la CCC pueden ser modificadas por la adición de un signo + o - para mostrar una situación relativa con respecto a las categorías principales.
** Las obligaciones que reciben calificaciones BB, B, CCC, CC y C se consideran como obligaciones que presentan características especulativas significativas. BB indica el grado especulativo más bajo, mientras que C representa el más alto. 


O
σRArg = Arg / σUSA
Otra forma de medir el riesgo, es a través de la dispersión de los valores de cotización de un título riesgoso respecto a uno libre de riesgo. Si quisiéramos, por ejemplo, cuantificar el riesgo país para la Argentina, podríamos utilizar el cociente de desviaciones estándar del precio de los bonos soberanos emitidos por Argentina y los emitidos por el Tesoro de Estados Unidos (libres de riesgo):
Donde σ RArg es la desviación relativa de Argentina, que se calcula como el cociente de desviaciones (σArg es la desviación de Argentina y σUSA es la desviación de Estados Unidos).
Para obtener una nueva prima de riesgo del mercado aplicable a Argentina (RA), se multiplica el cociente de la fórmula anterior por la prima de riesgo del mercado de Estados Unidos (RUSA).
RA = RUSA x σRArg
De ésta forma, la prima por Riesgo País de Argentina exacta la obtenemos restando la prima de riesgo de mercado de Estados Unidos de la prima aplicable a Argentina:
RP RArg = RA - RUSA
Este método es criticado al no considerar la desviación estándar como la mejor medida de riesgo relativo en especial en países con baja volatilidad de mercado a pesar de ser países emergentes ya que en algunas ocasiones la deuda de un país puede ser poco volátil, sin embargo el país puede tener una alta probabilidad de no pagar su deuda.
Esto mismo sucedió en Argentina cuando cayó en una situación de incumplimiento. La deuda “Argentina presentaba poca volatilidad y calificaciones de deuda sumamente bajas” (calificaciones CCC o menores, ver tabla 1). A pesar de las críticas, el diferencial entre bonos del país emergente y bonos de un país libre de riesgo es una buena medida de riesgo país. 


El EMBI mide el spread entre bonos soberanos de Estados Unidos y sus equivalentes Argentinos en dólares, el resultado se expresa en puntos básicos (pb) y por cada 100 pb se paga un punto porcentual (1%) por encima del rendimiento de los bonos libres de riesgo, los Treasury Bills. Esta diferencial mide la posibilidad de que el Gobierno Argentino no cumpla con el pago de sus obligaciones. Al comparar deuda emitida en dólares, se intenta mantener aislado en el cálculo el riesgo asociado a los cambios de precio de la moneda a la moneda. De esa manera, se supone que el EMBI refleja solamente el riesgo de No Pago o Default.
El EMBI trepó desde 956.2 puntos básicos (pb) hasta 6281 pb de junio de 2001 a junio de 2002, y permaneció hasta junio de 2005 en valores que rondaban desde los 3000 hasta superar, incluso, los 6000 pb. Cuando el indicador llega a tomar valores como los mencionados, la posibilidad de default es inminente. Un EMBI de 6000 pb indica que el bono de deuda del Estado Argentino paga 60 puntos porcentuales por encima del rendimiento de los bonos del Tesoro Norteamericano. Desde mediados de 2005 en adelante los valores del EMBI para Argentina se han acercado a la realidad latinoamericana, su comportamiento ha quedado atado al comportamiento del EMBI de Venezuela. 


6.-LA UTILIDAD DEL RIESGO PAÍS

¿Sirve el riesgo país? Y como en muchas cuestiones de la economía, la respuesta es depende.
Quienes consideran que el índice es útil, suponen que cuando se mantiene dentro de rangos “normales”, su evolución puede indicar el rumbo que tendrá la economía de un país. El razonamiento que subyace detrás es el movimiento de la inversión. Si el país se vuelve menos riesgoso y los indicadores bajan, entonces se atraerán capitales, la inversión aumentará y por lo tanto el empleo y el producto.
Quienes no creen en la utilidad del índice critican al índice desde varios flancos. En primer lugar, sostienen que este "riesgo-país" es un indicador de la solvencia de un país y de la calidad de determinadas políticas económicas medidas desde la óptica de los acreedores de la deuda externa. Y esta medición sirve para sostener su influencia. De hecho, lo que cuenta en realidad, en este tipo de mediciones, es el nivel de consensos y compromisos para llevar a cabo o para completar las reformas estructurales acordes con las demandas del Consenso de Washington. Sostienen, también, que la metodología utilizada, se basa en percepciones y por lo tanto el resultado que se obtiene es subjetivo.
Finalmente, apuntan que este indicador no mide el “verdadero” riesgo país que está relacionado con la carencia de salud y educación, con los elevados grados de corrupción e ilegitimidad que corroen los fundamentos del sistema democrático, etc. Un bono cupón cero es un bono emitido sin cupones y con el pago del capital en el vencimiento. Normalmente los bonos son emitidos con cupones y pueden presentar amortizaciones parciales del capital durante la vida del instrumento.



BASILEA III



Basilea III

1.-INTRODUCCIÓN
Basilea II no llegó aplicarse de forma generalizada en todos los bancos del mundo. La regulación sobre recursos propios de Basilea I, nació en 1988, cuando los bancos emisores de las principales economías desarrolladas se pusieron de acuerdo para establecer el capital mínimo (8%) que deben tener los grupos bancarios en función de los riesgos que afrontan (su cartera de inversiones y de crédito).  Más tarde, en 2004, el Comité de Supervisión del Banco de Pagos Internacionales de Basilea llegó a un acuerdo para establecer Basilea II. Sus defensores creían que protegería al sistema financiero internacional de potenciales quiebras de bancos pero, en la práctica, la nueva regulación no pudo evitar que se desencadenara una crisis como la que  se ha  vivido en estos últimos tres años. El capital mínimo se presumía entre un 15% a 20% sobre el total de activos, y muchos bancos apenas alcanzaron 12%. Se demostró pues, que hay riesgos de otra naturaleza, que no se pueden determinar con modelos estadísticos. Eso vale para miles de operaciones rutinarias a lo largo de años, pero esa estadística no vale para riesgos por la toma de posición en productos financieros negociados en mercados no regulados. 



2.-BASILEA  III
En noviembre de 2008 la cumbre de líderes del G-20 en Washington elaboró un plan de acción en materia de reforma financiera. Debido al importante papel del sector bancario en la crisis, es natural que muchos de los puntos de actuación propuestos por el G-20 se refirieran a ese sector. Por tanto Basilea III es un acuerdo histórico entre los bancos centrales y los supervisores, para reforzar la solvencia y liquidez de las entidades de crédito. El objetivo es que sean las propias entidades las que asuman las pérdidas, no los bancos centrales y los impuestos de los ciudadanos.
El Comité de Supervisión Bancaria de Basilea dio seguimiento a esta llamada a la acción y en diciembre de 2009 publicó sus propuestas para el refuerzo de la gestión del capital y de la liquidez. La consulta sobre las propuestas tuvo un  a amplia respuesta
El acuerdo se centra en los requisitos de capital que deben cumplir los bancos a partir de 2019.  Si en los criterios iniciales se exigía en las reservas un 2% de los créditos concedidos o de las inversiones realizadas, con la nueva normativa será del 7%. Aunque la fecha límite de adaptación está muy lejos, muchas entidades ya están forzando cumplir las nuevas exigencias, dado que el mercado de capitales está siendo muy estricto con aquellos que necesitan liquidez y acuden al mercado en busca de la misma. Los expertos estiman que para las cajas será un esfuerzo añadido.


Para adaptarse a la nueva situación, las entidades de crédito van a tener que cambiar su modelo de negocio, de tal manera que en líneas generales, retribuirán menos por los depósitos y cobrarán más por el dinero que presten, así como por los servicios bancarios tradicionales. Al mismo tiempo los accionistas podrán encontrarse con ampliaciones de capital así como recortes en los dividendos, que pueden hacer caer sus cotizaciones. Ante esta situación el inversor no deberá sorprenderse de que las entidades financieras españolas intenten captar sus ahorros para su capital propio, en lugar de hacerles las recomendaciones más atractivas para obtener buenas rentabilidades a sus patrimonios, en los mercados de capitales internacionales.

Las ganadoras serán las gestoras internacionales que comercializan sus productos en nuestro país, dado que sólo ellas intentarán buscar los activos más rentables para los inversores en los distintos mercados internacionales. De hecho los últimos datos conocidos reflejan que van ganando cuota de mercado en fondos de inversión a las gestores nacionales, tendencia que seguirá en aumento, a medida que pasen los meses y  los años.
Basilea III también contempla el denominado coeficiente de cobertura de liquidez, en el que se pretende aumentar las reservas de activos líquidos de alta calidad a fin de que las entidades de crédito puedan soportar situaciones de estrés bien definidas que se prolonguen durante un mes. El segundo estándar, denominado coeficiente de financiación estable neta, tiene un carácter más estructural y a largo plazo. Trata de asegurar una financiación más estable mediante pasivos a medio o largo plazo para poder afrontar condiciones de estrés prolongadas. Ambos estándares se complementan con una serie de herramientas para el seguimiento de la exposición por riesgo de liquidez y el intercambio de información entre supervisores.
Naturalmente, la nueva regulación en materia de liquidez podría tener implicaciones para el marco operativo del banco central y la conducción de la política monetaria. En particular, existen tres esferas de posible interacción entre la nueva regulación y el marco operativo del banco central: la demanda de reservas, la participación en las operaciones a plazo más largo del banco central, y el impacto sobre los activos de garantía en las operaciones de financiación del banco central.
El BCE sigue con gran atención los cambios en el sistema financiero que puedan resultar de la nueva regulación con potenciales implicaciones para la conducción de la política monetaria..
Algunos analistas y entidades financieras sugieren que los acuerdos son demasiado estrictos y apuntan al riesgo que la aplicación de dichos acuerdos supone para la concesión de préstamos de las entidades de crédito y, en consecuencia, para la recuperación de la economía mundial. Para determinar el efecto acumulado de las propuestas, el Comité - junto con el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, en sus siglas en inglés) – ha realizado una evaluación del impacto macroeconómico del endurecimiento de las exigencias de capital y liquidez. La evaluación concluye que la implementación de las nuevas normas de capital y liquidez sólo tendrá un impacto modesto durante la fase de transición al nuevo régimen, pero dará beneficios muy sustanciales a largo plazo.

 Basilea III va a tratar de cubrir las lagunas de la anterior regulación por medio de tres vías:
·         Más uniformidad en la definición de los niveles mínimos de capital con respecto al activo total (entre un 50% a 70%).
·         Exigencias de más recursos (permanentes interanualmente) propios (aporte permanente de los accionistas).
·         Mayor calidad de carteras crediticias (no a la masificación del crédito) y capitales también de mayor calidad.
Consecuencias de ésta nueva normativa:
Desde que el Comité de Supervisión del Banco de Pagos Internacionales de Basilea emitiera el 7 de Diciembre del 2009 un informe sobre la nueva normativa en materia de recursos propios, han sido muchos los bancos de inversión en el mundo que han estado en desacuerdo y que el impacto que tendrá en el sistema bancario internacional será demasiado cuesta arriba para lograr tal cometido. Esto ya ha afectado a bancos de Francia y el Reino Unido así como en Estados Unidos.


Los siete efectos sobre la solvencia de la banca, serían en rasgos generales los siguientes:
·         La nueva regulación sólo contabilizará como capital de máxima calidad aquel que esté plenamente disponible.
·         Que las pérdidas latentes se descuenten del capital.
·         Está previsto que los impuestos diferidos tampoco computen como capital disponible.
·         Se considera que las obligaciones en materia de pensiones no puede contabilizarse como capital disponible para asumir pérdidas.
·         Se prevé una fuerte penalización para el cómputo de capital en caso de bancos con participaciones cruzadas.
·         Que se descuente el capital invertido en las filiales aseguradores (Ejemplo: el grupo británico Lloyds).
·         La consideración de algunas inversiones arriesgadas, o que tira hacia abajo los ratios de solvencia.
A este respecto, el principal punto a tener en cuenta es que pese a los costes de implantación, que son de naturaleza temporal, el nuevo marco favorecerá a la economía mundial al fortalecer la estabilidad financiera mediante un conjunto de normas auténticamente mundiales y contribuirá a evitar los enormes costes económicos y sociales de un desplome grave y una recesión profunda.  
3.- Áreas de reforma
Medir la contribución de una entidad financiera al riesgo general o, en otras palabras, identificar una entidad financiera de importancia sistémica, es una tarea muy compleja, no sólo por las limitaciones de datos. Sin embargo, existen algunos factores que parecen particularmente relevantes,  el tamaño de la entidad, su interconexión con el resto del sistema financiero y el grado de sustituibilidad en caso de fallo de los servicios críticos que presta. Es evidente que una evaluación de este tipo no puede basarse exclusivamente en un enfoque cuantitativo. Antes bien, el juicio informado de las autoridades competentes, basado en principios internacionalmente aceptados, será fundamental.
En la reunión del G-20 celebrada en abril del pasado año en Londres, se decidió que las entidades financieras sistémicamente importantes deberían someterse a un nivel de regulación y supervisión acordes con los riesgos que plantean para el sistema financiero y la economía real. A finales de octubre el FSB publicó recomendaciones detalladas sobre medidas para mitigar los riesgos que plantean las entidades sistémicamente importantes a nivel nacional y global. Las recomendaciones del FSB fueron refrendadas por el G20 en la cumbre de Seúl.
El informe considera muchos aspectos diferentes para los que es necesario desarrollar mecanismos de mitigación del riesgo. No hay una solución simple para el problema de las entidades consideradas «demasiado grandes para quebrar». En su lugar, se necesita una combinación de medidas, que abarquen el espectro completo desde la prevención de la crisis a su gestión y resolución.
En particular, se precisan mecanismos que aumenten la capacidad de las entidades sistémicamente importantes para amortiguar las perturbaciones, al tiempo que reduzcan su contribución al riesgo sistémico. La introducción de medidas complementarias, por ejemplo, una capacidad de absorción de pérdidas mayor, una supervisión más intensa, e infraestructuras de mercado financiero más sólidas para reducir riesgos de contagio, son algunos de los elementos que se deberían tomar en cuenta. Asimismo, es importante desarrollar instrumentos que aseguren que las autoridades dispongan de los mecanismos adecuados para resolver la quiebra de una entidad sistémicamente importante de manera ordenada y rápida, y sin recurrir a los contribuyentes.
Hay muchas áreas de reforma en las que el Comité está trabajando: la revisión del marco de regulación de la cartera de negociación, las propuestas de capital contingente, normas para las exposiciones significativas, fondos de resolución bancaria de crisis transfronterizas, etc. Además, hay que tener en cuenta que no todas las entidades financieras que plantean riesgos sistémicos son necesariamente entidades bancarias.
En este contexto, un ámbito en el que se han realizado grandes progresos, pero en el que debemos seguir trabajando, es la ampliación de la supervisión a entidades y mercados que no están suficientemente regulados, como por ejemplo el mercado de los derivados OTC y la legislación sobre la venta en descubierto. También es necesario seguir trabajando en lo relativo a las agencias de calificación crediticia y los fondos de inversión libre ( hedge funds).
Desde diciembre de 2009, las agencias de calificación crediticia en la UE están obligadas a inscribirse en un registro y sometidas a supervisión. En Estados Unidos también se ha adoptado una orientación firme. Debemos seguir analizando el problema de los incentivos adversos que se derivan de la excesiva dependencia de los inversores y los reguladores de las calificaciones externas. La crisis ha revelado que incluso las entidades financieras y los inversores más sofisticados, tomaron con demasiada frecuencia el atajo de subcontratar sus evaluaciones del riesgo a agencias de calificación crediticia. Como en el caso de la normativa de capital, el respaldo de la regulación a las calificaciones externas también tuvo un papel importante en este problema.
En cuanto a los instrumentos de inversión alternativos, el G-20 ha demandado mayor supervisión y, en algunas jurisdicciones, se están debatiendo medidas reguladoras. El 11 de noviembre el Parlamento Europeo aprobó la primera directiva para las gestoras de fondos de inversión alternativa (AIFM, en sus siglas en inglés). Dicha directiva se propone regular los fondos de inversión de alto riesgo, como los hedge funds (fondos de inversión libre) o los fondos de capital riesgo, introduciendo una serie de obligaciones para los gestores, como un registro europeo y requisitos mínimos de capital e información. Por otra parte, se creará un "pasaporte" que permitirá comerciar estos fondos en toda la UE sin necesidad de adaptarse a 27 sistemas nacionales.
Finalmente, un elemento importante para garantizar igualdad de condiciones a nivel mundial y contribuir a atenuar el comportamiento procíclico del sector financiero es la convergencia de las normas contables elaboradas por los dos organismos principales de normalización contable, el IASB y el FASB. Pese a algunos cambios introducidos sobre el calendario acordado inicialmente, los dos órganos se han comprometido a completar las fases fundamentales de la definición de un Memorando de Acuerdo interinstitucional antes de mediados de 2011 y a emitir informes de progreso con frecuencia trimestral.
4.-. Conclusiones
Es importante aplicar plenamente las nuevas normas en materia de exigencias de capital que se han acordado recientemente en el contexto del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea. Su introducción gradual, tras un período de transición de duración adecuada, contribuirá en gran medida a aumentar la capacidad de resistencia del sector bancario internacional, así como la de soportar perturbaciones adversas. La capacidad de resistencia del sistema bancario también se beneficiará de la introducción de medidas de refuerzo de la liquidez.
Asimismo, es importante aumentar los esfuerzos para afrontar los desafíos  que se plantean para los bancos centrales. El establecimiento del Consejo Europeo de Riesgo Sistémico, junto con la creación de las Autoridades Europeas de Supervisión y las enmiendas a la Directiva de Requerimientos de Capital, deberían fortalecer el marco regulador y de supervisión de la Unión Europea y permitir a los supervisores y los reguladores conducir el sector financiero hacia una situación más sostenible, para que sirva verdaderamente a las necesidades de la economía real, soporte las perturbaciones, incluidas las de naturaleza sistémica, y se eviten desequilibrios y excesos peligrosos.
Mucho se ha logrado, pero aún queda mucho por hacer. El entorno financiero y económico sigue siendo muy exigente y plantea desafíos de gran alcance. No hay margen para la complacencia. Es importante que sigamos progresando hacia los objetivos de la reforma financiera con perseverancia y resolución.
En consecuencia, las medidas están justificadas desde un punto de vista conceptual y que el acuerdo de Seúl ha logrado el equilibrio adecuado entre el objetivo de aumentar la capacidad de resistencia del sector financiero y el mantenimiento de una provisión estable de crédito a la economía.